Tengo viviendo con un cáncer... no sé, pero desde que me enteré, ya van 3 años y medio. Obviamente lo tenía en mi cuerpo desde hace bastante tiempo, ya que me diagnosticaron un cáncer avanzado, con metástasis.
Siempre que sabía de alguna persona con cáncer me parecía terrible. Incluso siempre pensé que si a mi me daba un cáncer, yo no quería saberlo, y si me enteraba, decía que me hipnotizaran para que lo olvidara. Así me parecía de horrible.
Pues bien, cuando llegó la hora de conocer el resultado de la biopsia, por todo lo que ya había pasado tenía la sospecha de que podía estar en problemas. Quise ir sola, sin mi madre, me daba temor por su reacción. Me lo dijo el doctor, con un tono muy compungido y comprensivo. Me dijo que lo sentía mucho, pero que siempre hay tratamientos. Fue como un balde de agua congelada, no lo niego, pero no desesperé, no lloré, no sentí que todo se derrumbaba. Creo que recibí la noticia con dignidad y humildad. Lo acepté y asumí inmediatamente. No pregunté mucho. No se me pasó por la mente preguntar cuánto me quedaba de vida, si tenía remedio, no, lo único que pensé fue en Dios y confiar en El. Si alguien no cree en Dios, mejor que no siga leyendo, ya que es lo que más me ha ayudado, mi fe. Además sentí que nadie tiene la vida asegurada, podemos morir en cualquier momento y en plena salud, por un accidente, por ejemplo.
Hasta aquí llego por hoy.
viernes, 29 de agosto de 2014
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